¿Qué pasa cuando la física también nos enseña que nuestro mundo en realidad no se compone de materia? ¿qué lo que percibimos más o menos como sustancia sólida no es una aglomeración de una infinidad de las más pequeñas partículas fijas, sino una red de intercambio de impulsos y vibraciones de un campo magnético invisible? A través de tres historias, de tres momentos diferentes en las vidas de unas cuantas personas distintas, se cuenta una historia de ciencia, de segundas oportunidades, de la búsqueda de la distinción a base de acierto y error. Tres instantes en las que el reloj se detiene en un punto de inflexión vertiginoso en el que las cosas se inclinan hacia uno u otro lado de la balanza. Pero debajo, escondido, hay mucho más. Hay historias de familias enfermas, citas imperfectas, y tiempos lejanos en las que la humanidad parece un valor en alza, casi como un precipicio al que estamos condenados.